Porque me lo ha mandado el médico. Verídico. Bueno, el naturópata, y yo soy muy obediente y disciplinada. Así me va.
Para ver si así ahuyento la depresión, o la distraigo o algo.
Seguro que ahorro dinero en consultas al sicólogo (podría tener medio piso en la playa….)
Porque siempre disfruté escribiendo, aunque nunca publiqué, y desde hace años no lo practicaba.
Para rentabilizar los años que pasé estudiando periodismo, trabajando y con tres niños…. Y ahora no me refiero a la economía.
Porque necesito sacar lo que sea que tengo dentro haciendo ruido, abrirme en canal y soltar… y que el río se lo lleve.
Es verdad que me empujaron, pero ahora estoy encantada. Me echaban para atrás las tecnologías, las redes sociales, la informática, no era solo escribir. Aunque trabajé muchos años con ordenadores no terminamos nunca de intimar, sólo tuvimos una convivencia pacífica. Pero todo es ponerse….y pedir ayuda.
Esto del título: El Riorosa, a qué viene?
Podría contar una historia sobre aquello de que “la vida son ríos que van a dar a la mar” que escribió… vamos, que no me acuerdo del nombre del poeta. Sí, estoy estudiada y leída, pero la memoria la tengo fatal; la culpa es de la depresión.
O podría explicarlo como la conjunción de canalizar (rio) el amor (rosa). Interesante, no? A ver si la apatía, la tristeza, el dolor, los malestares… se los lleva el río y los convierte en serenidad, alegría de vivir, entusiasmo y energía.
Otra explicación es que mi madre se crió en un río y estoy tratando de sanar, de llenar de amor “rosa” la relación con ella.
O también puede que sea un acrónimo de mi nombre, ya sabes, juntas las letras de manera diferente y sale un nombre distinto.
Elige la opción que quieras. Todas podrían tener algo de cierto.
Declaración de intenciones
Aprovecho para declarar mi voluntad de franqueza total, exceptuando algunas licencias literarias, de manera que aunque omita algún detalle íntimo, como por ejemplo la marca de mi cepillo de dientes, mi intención es no mentir (me) ni fantasear en exceso.
El propósito, pues eso, expresar pensamientos, ideas, experiencias, anhelos, malestares y descubrimientos…. Compartir contigo cómo está siendo este tercer año de depresión declarada, aunque llevo muchos años con ella a cuestas en silencio.
Prometo (no sé si lo cumpliré) no hablar siempre de depresión, sino de historias vividas, de proyectos que tengo, de actividades nuevas, de qué me está sirviendo y qué no, de qué me está enseñando esta enfermedad. De cómo estoy tratando de volverme del revés como un calcetín porque la vida me dio un ultimátum.
Intentaré no pasarme tampoco al otro extremo y no abusar del chascarrillo y la ironía, que aunque me divierten y pueden amenizar el relato, temo que lo trivialicen demasiado y sean al final escondites y distracciones de lo que de verdad me importa: comunicar desde mi parte más auténtica.
Compartiendo detalles de mi tránsito por la depresión, confío en aclarar mis ideas, integrar lo que me pasa; quizá acompañe a los que la padecen y facilite la comprensión a los de su entorno. Ojalá tu objetivo sea sólo distraerte un rato y ojalá lo consigas.